Es bien conocido que ser influencer puede aporta ganancias significativas. El asunto está en el cómo se hace. Hay que plantear cómo se le saca un beneficio económico a esta profesión. Puede ser desde vender un merchandising propio o de terceros, por ejemplo. Esto es lo más común en youtubers que le hacen publicidad a productos que sacan con su propia marca, o cuando reciben un pago por hacerle publicidad a productos de otras marcas. Para iniciar con estos proyectos, es viable pedir préstamos personales para costear los primeros gastos de inversión, siempre que se haya hecho un estudio financiero con antelación.
Estos son solo ejemplos, porque la variedad tiene como límite la estrategia de negocio que se plantee. Son muy variadas las opciones; entre ellas:
Hacer una marca propia y vender productos propios
Esto se referirá a expandir la idea expuesta anteriormente. Un influencer, que no necesariamente tiene que operar en YouTube, se convierte en una figura pública y, por tanto, es lógico pensar que será su propia marca personal. Al generar una conexión con sus seguidores, ya tiene un target al cual apuntar, y nada más queda generar un mercado.
Con este escenario, queda la pregunta ¿qué se puede vender? El merchandising que se pueda ofrecer es muy variado y va a depender del contenido que cree este influencer. Si se trata de arte, podría vender libertas, por ejemplo, o cómics. Si en sí mismo no produce nada además de entretenimiento, ser en sí mismo una figura reconocible y una marca puede expandir los límites a cualquier producto prácticamente. El caso de El Rubius ha llegado a vender camisetas y su propio libro.
Servicios profesionales
Hacer una carrera profesional y volverse influencer a la vez vuelve compatible ambos mundos. Lo crucial es hacer contenido respecto a la profesión y hacérselo ver a la audiencia. Es recomendable invertir en educación especializada antes de dar este paso porque el contenido que se haga debe ser correcto y preciso, no hay margen de error porque la reputación profesional está ligada con la de ser influencer.
Ofrecer productos y/o servicios se logra con mucha facilidad porque la audiencia está interesada en el contenido y ya lo conoce, por lo que es cuestión de mostrárselo y hacerlo accesible a una compra. Es hacer publicidad de calidad constantemente hacia algo que se va a vender, al mismo tiempo que se tiene contacto con el público.
En estos ejemplos se pueden encontrar programadores que hablan de sus juegos en desarrollo, como el caso de Alva Majo, que tiene ventas aseguradas, apenas finalice el proyecto. En su caso, es mucho más sencilla la transacción porque se trata de un producto digital.
Lo mismo puede ocurrir con psicólogos, abogados, contadores, etc., que pueden conseguir clientes al crear contenido que sea de interés y de valor. Su audiencia ya tiene una muestra de su trabajo y podrá dar el paso a una contratación con mayor facilidad.
Impulsar una carrera profesional
Ser influencer implica conectar con la audiencia a un nivel casi personal. Esto puede ayudar a hacer carrera profesional porque hay un feedback continuo y una comunidad que está creciendo constantemente. El caso de Camilo y Evaluna es muy curioso porque Camilo, antes de ser músico, vendió su imagen como pareja. La comunidad y el sentimiento que generó fue muy cercano para sus seguidores, quienes se tomaron casi personal el desenvolvimiento de la relación.
Actualmente, su música gira en torno a su relación de pareja. Cada canción que produzca ya tiene un target definido, no solo desde consumidores musicales, sino desde aquellos que siguen la relación de cerca. En resumen, primero hizo carrera como influencer y su carrera como músico despegó abruptamente gracias a esto.
No tienen por qué ser grandes influencers de la industria los que se vean beneficiados por esta práctica. Aquellos con un alcance más moderado podrían reportar beneficios también, siempre y cuando logren congeniar su carrera profesional de una forma que resulte atractiva para su audiencia.
